miércoles, 26 de noviembre de 2008

Crónica "20 años con Silvia"

El 15 de noviembre despertamos con la guata apretada, inquietos, revisando con la memoria como se había ido desarrollando este año. Las preguntas y las dudas daban vueltas en la cabeza…¿habremos hecho lo suficiente?, ¿Quiénes llegarán? ¿Cuántos llegarán?...¿Cómo nadie ubicó al bototo? ¿cómo serán los equipos de sonido?...

Como a las 12 del medio día, ya comenzamos a llegar al foro. Los anfitriones de Concepción y los que habíamos viajado hacia la octava…abrazos, risas, más abrazos -…¡pero si eres el Pablo!, ¡no te había conocido! estay distinto…bueno, no tan distinto-, -oye, anda un alcalde de Santiago- ¿? ¿? ¿Cómo se enteró?, dice que vino al homenaje ¿? ¿?, ¡Buena onda!-, -¡ya compañeros, vámonos a almorzar…donde la Tita, al aula cero…no nos podemos atrasar, tenemos que estar en Lenguas a las tres- , -¿quién ha visto a los niños?...parece que allá van…

No sé cuantos llegaron al almuerzo, pero tuvimos que apretarnos y otros debieron almorzar en el patio…y siguieron llegando, el Chino, Carlos Cruz,-que a opinión de muchas, sigue siendo muy rrico- Alejandro Amaro, el Alvarito, ¿el Tongoy?…Brindamos con vino tinto, compartimos un plato de porotos con mote y longaniza y un buen pebre picante. El compañero Héctor tomó la palabra y con su tono de voz ronca dio agradecimientos y por supuesto… "las instrucciones" para el resto de la tarde-el que nace chicharra muere cantando-…y seguimos brindando, aunque no mucho porque debíamos prepararnos para el homenaje íntimo que se realizaría en el Auditorio de Lenguas. La Paz y Héctor fueron a buscar a la familia de Silvia, otro grupo partió a Lenguas a asegurar los mínimos detalles, mientras algunos recordaban su rol parental-¿Alguien ha visto a los niños?...y ¿comieron?

Lo que pasó en el auditorio de Lenguas es difícil de narrar. Camino al homenaje, la familia cuenta a Paz que ese día 15 de Noviembre era el cumpleaños de Silvia…al saber la noticia nos mirábamos conmovidos, conteniendo la emoción en los ojos y en la garganta…-aquí hay algo mágico.

El homenaje comenzó con la canción en off "Mi generación" de Francisco Villa. Luego vinieron las "Décimas para un reencuentro" de Carmen Veloso y luego…más magia, con el auditorio repleto, La Paz y la Bea Arancibia leyendo el libreto que se armó en España, con aportes desde Alemania, Francia, Chile… Luego canciones con Ema y Pedro Millar, Checo Molina y Carlos Poblete…el video de la Valentina Palma, más poesía, más saludos, más música y finalmente la entrega póstuma, del diploma de titulación de Silvia, a la madre de ésta, por parte del Decano de la Facultad de Educación, de la U… Junto con eso, los aplausos y las lágrimas brotaron…y esa sensación de que el corazón ya no cabe en el pecho…¡puchas Silvia!, amiga, compañera, hermana, ¡por fin!…después de 20 años.

Después fuimos a plantar el canelo y luego todo siguió fluyendo en espera del acto central… siguieron las emociones, la poesía, los abrazos, la magia y los rencuentros. Como el que hubo entre un ochentero revolucionario y su profesor de básica, que no veía desde hacía 35 años, cuando desde un gimnasio, donde este maestro estaba como detenidos político, le hizo señas con la mano. Este ochentero en ese tiempo tenía 12 años y nunca más había sabido de su profe…el acto ya se desarrollaba, Maritza y Crico, lo dirigían, el sol se ocultaba y los artistas nos entregaban sus canciones. La última en hacerlo fue Carmen Prieto, quien acompañada por su guitarrista interpretó boleros, valsecitos peruanos y canciones de Silvio y Pablo. El acto finalizó bajo las estrellas, con uno de esos simbólicos y característicos actos poéticos del Crico-de los que receta Jodorowsky, imprescindibles para sanarse- Nuestro querido Crico, haciendo uso de una combativa honda, envío un sonoro beso a Silvia.

…Y en Carpinteros y Ebanistas, finalizamos la jornada. Entre discursos, vino tinto, bailes, empanadas, canturreos y cuecas se nos pasó la noche. Terminamos relajados, cansados y felices…con la sensación que había que darle vueltas a la pregunta que muchos lanzaron ¿y después de esto qué?...pero la noche no daba para pensar, sólo para sentir y gozar ese reencuentro…más adelante se verá, qué pasa más adelante.

(Claudia Villaseñor)

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